Durante la última década, la tendencia de trabajo en conjunto ha interrumpido los enfoques tradicionales para comprar y arrendar oficinas. El auge del trabajo remoto ha facilitado nuevas formas de hacer negocios y redefinir lo que significa ser colaborador. Como consecuencia de esto, han surgido nuevos modelos de negocios en el sector inmobiliario.

Las alternativas de alojamiento están emergiendo de manera sostenida. Aquí entra en juego el concepto del Co-living, que se refiere a los tipos de viviendas con instalaciones comunitarias y espacios compartidos que alejan el énfasis de comprar y arrendar propiedades. 

El enfoque se centra en el acceso individual o grupal a zonas habilitadas para compartir sin la carga de la propiedad. Estos modelos tienen como objetivo lograr un equilibrio entre la privacidad y la comunidad, ofreciendo altos estándares de alojamiento con servicios adicionales para ayudar a los residentes una mejor calidad de vida. 

Los colivings tuvieron su origen en Silicon Valley, Estados Unidos, como respuesta a la llegada de numerosos profesionales jóvenes que no encontraban un lugar donde vivir, y que a la misma vez estaban emprendiendo con determinadas startups. 

En la actualidad ha habido un gran interés en los colivings por parte de quienes buscan opciones de viviendas en las ciudades más grandes y caras del mundo. 

Los edificios bajo este concepto, suelen contar con departamentos de pocos metros cuadrados, con amoblado ergonómico, con camas que se esconden (wallbed), cocina americana, baños, etc. Además, cuentan con varias instalaciones para compartir con el resto de los arrendatarios, tales como gimnasios, terrazas, salones de juegos y espacios de coworking las 24 horas, lo que permite un importante ahorro de tiempo y dinero en traslados desde la casa al trabajo, potenciando el networking.

Esta tendencia comienza a generar una revolución en el mercado inmobiliario y además se convirtió en un éxito en los últimos años en países como el Reino Unido y Estados Unidos, llegando también a Asia y a otros países de Europa. Hoy en día empresas como Lyf en China, The Collective en Inglaterra o WeLive en Singapur son las más importantes.

Sudamérica no ha resultado ajeno a este fenómeno, por ejemplo en Chile ya existen algunos proyectos que se acercan al co-living, ofreciendo otros servicios aparte de los tradicionales quinchos y piscinas. En Chicureo y Las Condes, dos inmobiliarias tienen complejos que otorgan a sus clientes espacios compartidos para trabajar, así como circuitos de trekking y pistas de trote.