El Covid-19 ni siquiera había empezado a infectar gente en China cuando el Banco Central advirtió por primera vez que la compra de departamentos por parte de inversionistas individuales podría generar riesgos. Ahora, en medio de la emergencia sanitaria, este riesgo parece solo crecer según el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) presentado esta mañana.

“Con respecto al IEF anterior, el sector inmobiliario residencial disminuyó su dinamismo. Esta situación podría intensificarse en lo venidero y exponer las vulnerabilidades destacadas en informes previos, como por ejemplo la alta participación de inversionistas minoristas apalancados”, indica el documento.

En comparación a años anteriores, el mercado inmobiliario se ha visto impactado en el pasado reciente. Según destacó la entidad, el ajuste del dinamismo en el sector comenzó con el estallido en octubre del año pasado y se intensificó este año de la mano de la pandemia de coronavirus.

Estos factores provocaron una caída de 50% en la venta de viviendas nuevas en la Región Metropolitana durante el primer trimestre de este año, según datos de la Cámara Chilena de la Construcción.

“El actual escenario afecta a las empresas constructoras e inmobiliarias que han debido paralizar proyectos y han visto reducidas sus ventas” señala el informe, agregando que “los inversionistas minoristas apalancados que utilizan los ingresos por arriendo para pagar sus hipotecas podrían tener dificultades ante el deterioro del mercado del trabajo” 

El menor dinamismo del mercado podría provocar un ajuste a la baja en los precios de los inmuebles y volúmenes de inversión a futuro en la golpeada industria. Esto porque las necesidades de caja de las constructoras podría impulsar la venta con descuentos de algunos proyectos, “situación porque podría volverse sistemática en caso de afectar las expectativas de otros agentes”.

En cuanto a los arriendos, a partir del tercer trimestre del año pasado se acusó una moderación de los precios de estos y una mayor “holgura” en el segmento, evidenciado por la mayor disponibilidad de unidades.

“El deterioro en el mercado del trabajo debiera aumentar estas mayores holguras. Esta situación podría tensionar la capacidad de pago de aquellos deudores hipotecarios que dependen del arriendo para pagar sus créditos (inversionistas minoristas apalancados), exponiendo una de las principales vulnerabilidades destacadas en informes previos” advierten desde la entidad.

Por lo mismo, el Banco Central identifica un deterioro relevante del mercado laboral como el mayor riesgo para este segmento 

Fuente: Diario Financiero