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25-01-2021

Terremotos y Coronavirus, I+D+i

Lectura de 4 min

La cifra alcanzada en 2020 es superior a la de los dos años precedentes 2018 (7.079) y 2019 (7733)

 

Gracias a una de las inclemencias de la naturaleza, los terremotos, Chile ha desarrollado un modelo de construcción antisísmica que lo posiciona como un referente global ante el embate de este elemento.

Dejemos claro que estos desahogos de la tierra siempre provocan pavor en las personas por muy acostumbrado que uno esté. Con todo, la experiencia adquirida unido a la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) ha llevado a un cambio notable en las infraestructuras y viviendas construidas, situando a Chile en el grupo de cabeza de esta clase de obras. Para muestra dos botones. El rascacielos más alto de Sudamérica y segundo de Latinoamérica se encuentra en este país, tiene 300 metros de altitud. Asimismo, Santiago, la capital, cuenta con la segunda red de Metro más extensa, solo por detrás de México, tiene 140 kilómetros cimentados bajo tierra, al 2027 esperan estar en los 215.

¿En qué consisten estos adelantos? La normativa vigente obliga al empleo de materiales específicos junto a estructuras de hormigón armado y acero imprimiendo flexibilidad a la edificación y sus oscilaciones, pero evitando su caída. Además, añaden "aisladores y disipadores sísmicos" impiden a la energía emanada del terremoto transmitirse al edificio o, si fluye, facilitan su absorción.

Hay más. Antes de comenzar elaboran estudios exhaustivos del suelo donde se alzará el proyecto inmobiliario, buscan que el levantamiento tenga unos cimientos ajustados a este. Expertos sostienen "a cada tipo de suelo corresponde un cálculo específico para el tamaño, forma, profundidad y resistencia de las fundaciones". El costo suele ser de un 20% a 30% más alto, pero son inmuebles más seguros, persiguen evitar o minimizar los desenlaces fatales. Antes cuando un seísmo tiraba una torre, había un lamento general, la culpa era de la mala suerte. Hoy se inspeccionan los siniestros, analizando cálculos, excavaciones, bases y calidad de los tangibles usados. Chile cuenta con profesionales destacados, son requeridos en distintos lugares del mundo.

En energía geotérmica aprovechan el calor almacenado en el interior de la tierra, cuando la temperatura no es lo suficientemente alta (hablamos de más de 150 grados y profundidades de 1.500 a 5.000 metros), suelen recurrir a la sismicidad inducida de baja magnitud (o micro-sismicidad) si las condiciones lo permiten para generar más irradiación.

Durante 2020 en Chile se localizaron 7.826 sismos, casi todos atendiendo a su magnitud para la mayoría de los chilenos serían temblores, en Europa se hablaría de terremotos.

Chile es uno de los muchos países de América y Asia que conforman el llamado "cinturón de fuego del Pacífico", responde a la vibración y choque de las placas que conforman la corteza terrestre. La cifra alcanzada en 2020 es superior a la de los dos años precedentes 2018 (7.079) y 2019 (7733).

Del total registrado, solo 667 fueron de una magnitud superior o igual a 4.0., dando una media de a dos por día. Solo 73 tuvieron una intensidad por sobre o igual a 5.0, y 12 estuvieron por encima o igual a los 6.0 grados. El más fuerte lo detectaron en el norte cerca de la localidad de Huasco, fue de 7.0 grados y tuvo dos réplicas de 6.1 y 6.3. Otra métrica revela que hubo una media de 652 movimientos telúricos por mes, o si lo prefieren 21 diarios.

Los terremotos como la pandemia actual no dejan de ser un nuevo desafío puesto por el hábitat a la especie humana, y atentos, ya nos anuncian la llegada de nuevos virus animales que afectaran a las personas, por tanto, aprovechar estas circunstancias para aprender a enfrentarnos a estos retos es un deber y una obligación, en síntesis, nos prepara para el mañana.

Del mismo modo que un evento telúrico, la epidemia en marcha trae consecuencias económicas. Para los empresarios chilenos el 2020, ha sido calificado de malo o muy malo por el 60,6% de los entrevistados en una encuesta realizada entre el 5 y 14 de enero de este año. Esta mayoritaria respuesta es la más negativa desde 2008 motivada por la crisis financiera, recordemos que la causa actual es un virus y la otra, el hombre.

La cuestión cambia drásticamente cuando se les inquiere por las perspectivas para este 2021, el 64,4% cree serán mejores, un 32,5% similares a lo sucedido en el ejercicio pasado y un 3,1% piensan en peores.

Refiriéndose a la demanda de sus productos, el 58,1% estima serán "moderadamente mayores"; la mitad afirma que sus precios se mantendrán iguales; un 69,8% sostiene que las remuneraciones promedio se mantendrán; un 48,6% opina que la productividad será algo mayor.

Igualmente, el 46,9% manifiesta que los planes de expansión y crecimiento de su empresa están en "modo pausa"; el 40% afirma que están activados, y 13% en postergación. En 2019, un 40% reconocía, como ahora, que estaban en marcha, mientras un 50,8% "en pausa", y un 9,5% en postergación.

A su vez, el 68,7% de los consultados en relación a la tasa de desarrollo anual a la cual debiera aspirar la economía chilena para el período 2020-2022 contestó, que sea superior a 2,5%.

Por último, la atención de directores y gerencias generales está puesta principalmente: un 33,6% respondió "competencia, resultados y participación de mercado"; otro 33,6% dijo que "relaciones con el medio social y diferentes stakeholders"; y 32,8% contestó "eficiencia, productividad y competitividad internacional.

Tal como las construcciones antisísmicas, las vacunas en circulación y algunas más que pronto se les unirán, son derivaciones de la I+D+i, han traído sosiego, por supuesto habrá mejoras que seguir impulsando, no lo olviden, el bicho muta. Anima mucho la positiva mirada para este 2021 de las empresas chilenas y la de otras muchas situadas en distintos lugares del mapa, de seguro las inoculaciones tienen mucho que ver en ello.

 

Fuente: El Economista América - Edición Chile